Tenía mucho tiempo que era solo una espectadora de este blog. Me declaré ser sufriente, si la palabra existe, ser ocupado, triste y desganado. No sé que mosca o mosquito me picó, pero hace días que visito el blog «de poetas y de locos» que me encantaba porque esta persona escribe genialidades y tenía deseos de leerle, sin embargo al parecer nos dio la misma enfermedad y nos alejamos de estas plataformas. Me gustaría que ella volviera a escribir pero pensé que quizas también alguien quisiera que yo volviera a escribir.
Pensando en esto recordé que la seguidora más fiel de este espacio era mi amiga Grace, a quien la vida le quedó corta e insuficiente, era demasiada su luz para tanta oscuridad. Creo que el que ella partiera y que yo no estaba lista para despedirme fue parte de lo que me alejó de estos lares. Ella era una de las personas más nobles, desprendidas, cultas, profundas que conocí, al parecer también era una de las más tristes.
Su partida fue inesperada y las cosas que teníamos en común se me antojaron en tristezas, creo que no le hubiese gustado que me alejara de la poesía y de la escritura. Sin embargo cada quien vive su duelo como puede, además cuando nos sabemos faltos todo duele más debido a los «si hubiera».
Ya no hay oportunidad de hacer nada desde que partiste querida amiga, aunque no lo diga sigo amando las poesías, Benedetti, Saramago, Cortazar, los gatos y sí, tal como dijiste amo a Michael Bublé. Ya me encanta el jazz, tal como me dijiste que lo amaría si le daba la oportunidad; todavía me da pereza el Quijote y donde vivías es un lugar lúgubre desde ya que no estás.
Todos los que te quisimos, quizás no supimos comprenderte, entendimos que todo lo podías. Además de alejarme, creo que lo que más me apena es que me dijiste que hermoso sería morir de amor lanzándose en un río, como la canción de Pedro Guerra que decía «se enamoró de un río, del cristalino mirar de sus ojos anfibios. Se enamoró de un río de la promesa final de un descanso marino» y recuerdo que te reproché de semejante estupidez pero no lo entendí. Ahora entiendo que querías descansar.
No pude estar en tu funeral, no sé donde descansan tus huesos, pero sé que tu alma está con Dios, quien te dio ese descanso y paz que buscabas.
Sé que he iniciado esta entrada tratando de decir que me gustaría volver a escribir, pero no sé si valga la pena regresar ya que no estarás aquí para leer, animarme o corregirme, ya que fue tu idea que creara este lugar.
Estoy hecha de retazos, y uno de esos retazos eres tú mi gran amiga, gracias por afianzar mi amor por la poesía, por hacerme más culta, por amar a mi familia, por tu bondad y tu amistad desinteresada y fiel. Creo que luego de estos 4 años de ausencia te puedo decir Farewell mi querida amiga Grace, como te quisiste llamar. Te dejo este poema que no me gustaba, pero que a ti sí y me aferro a luchar por él como quisiste hacerlo tú aunque no pudiste.
Defensa de la Alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardíacos
de las endemias y las academias
Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
Yo por mi parte defenderé la alegría de tu ausencia.
¡Descansa en Paz «GRACE», un día nos reencontraremos!